Fue a través del cine que el rock llegó a nuestro país, pero no fue del todo aceptado por la sociedad. Según los hechos históricos, poco después de su aparición en la década de 1950, el rock se volvió una práctica cultural controvertida, despreciada o malentendida por varios sectores de la sociedad mexicana. Pero algo es cierto, este género sin duda ayudó a cambiar el entorno cultural y social del país.
Con motivo de la conmemoración de los 212 años de la independencia de México, en La Ballena Parlante hemos preparado un breve repaso de lo que ha sido el rock en nuestro país, un recordatorio de aquellos músicos que iniciaron todo, aquellos que persistieron para que hoy podamos sentirnos orgullosos de decir ¡en México también se hace rock y metal!
Y es que, fue en esos años, los cincuentas, en que crear música original, era sumamente difícil en México, la industria obligaba a grabar covers de Elvis Presley o Bill Halley que tenían gran éxito en los Estados Unidos. Y a pesar de que en nuestro país ya existían bandas del género, los primeros en grabar un disco en México, aunque en pésimas condiciones, fueron Locos del ritmo.
Fue hasta el año de 1968 cuando surgió un nuevo intento de llevar el rock a nuestro país hasta el siguiente nivel, con la aparición de la Movida Chicana, que fue un momento de apoderamiento étnico y protesta entre americanos de descendencia mexicana, surgieron bandas influenciadas por grupos estadounidenses como Blood, Sweat & Tears, Electric Flag, esta influencia es evidente en grupos como Peace & Love, Los Dug Dugs o el Love Army. En ese periodo puede verse la misma maduración del género que llevó a la consolidación de figuras como el Three Souls in My Mind de Alejandro Lora.
En los años 70 surgieron los momentos más prolíficos de creación rockera. Javier Batiz el famoso guitarrista mexicano icóno del blues se volvió profesor de guitarra de grandes leyendas como Carlos Santana, y del antes mencionado Alejandro Lora fundador del El Tri, uno de los grupos más influyentes en la historia del rock en México.
Al principio las bandas combinaron el rock y el inglés en sus canciones, el gusto era tal que por primera vez en México se llevó a cabo, el 11 y 12 de septiembre de 1971, el Festival de Rock y Ruedas de Avándaro, que reunió a más de 250 mil personas. El encuentro musical fue un momento decisivo en la historia de la música en México, tan decisivo que fue un pretexto para la prohibición del rock y sus festivales en México.
Pero pese a los esfuerzos del Estado mexicano por reprimir y erradicar toda expresión rockera, durante los años 70 y principios de los ochenta los grupos se negaban a dejar de tocar, pequeños recintos como “los hoyos fonkis”, que eran casas, patios, fábricas abandonadas, y cines o teatros medio derruidos. En estos espacios las bandas tocaban al nivel del suelo, muchas veces no se les pagaba y estaban sujetos a redadas policiales, mismas que allanaban los locales y cancelaban los conciertos, aun así fueron el refugio de muchos artistas que se negaban a dejar morir la escena.
Con la llegada de los años 80, nació el sello discográfico Comrock, que por un corta tiempo pudo grabar, producir y distribuir discos de grupos nacionales, como Kenny y los Electricos, El Tri o Luzbel, entre otros. Esta década fue una etapa de iluminación para el rock mexicano porque, a diferencia de la época pasada, además de una mayor oferta musical, la apertura de los medios fue favorable. Las bandas comenzaron a fusionar el rock con destellos un tanto electrónicos e incluso con toques un tanto prehispanicos, con el afán de no dejar de lado las raíces mexicanas.
A esto se sumaron otros proyectos como el naciente “guacarrock” de Botellita de Jerez compuesto por Sergio Araú, Armando Vega Gil y Francisco Barrientos “El Mastuerzo”, La Banda Bostik, Tex Tex, Trolebús, y con tintes un poco más enfocado al blues, Real de Catorce. Un movimiento musical que tenía un estilo bohemio, humorístico y hasta urbano.
Al igual que en países anglosajones como Estados Unidos y el Reino Unido, otros subgéneros del rock estaban prevaleciendo; el punk y el metal también en nuestro país alzaban la mano como cartas fuertes, ejemplos como Especimen, Masacre 68, Disolución Social, Cabezas Podridas fueron partidarios en el auge en el punk mexicano. En el metal bandas como Enigma, Mistus, y los antes mencionados Luzbel presentaban buena dosis de rock metalero.
Y así la oferta aumentaba mientras los medios hablaban ya de “Rock en tu idioma”, al cual se sumaron varias bandas sudamericanas de Argentina, Chile, Colombia y también de España.
En los años 90 continúa el progreso del Rock Progresivo y Alternativo, ahora con proyección internacional, por su reconocimiento en foros y disqueras de Europa y E.U.A. Fue así como se comienza a hablar de “El rock urbano” una categoría para nombrar a esa música que surgió en las zonas conurbadas de la Ciudad de México. Una de las principales disqueras del género es Discos y Cintas Denver. Sus letras abarcan temas como el repudio al gobierno y al maltrato de la gente trabajadora por parte de la clase alta.
Fue en esa misma década surge y se mantiene “el rock gótico” que para inicios del año 2000 hasta la actualidad se mantiene underground, con pequeños conciertos en todo el país.
Desde que comenzó el nuevo siglo, el surgimiento del rock alternativo, el indie rock, el surf rock, el rockabilly, la oferta en nuestro país ha sido mayor.
Hoy en día sin duda el Rock en nuestro país cada vez esta más presente, hay una enorme oferta en subgéneros y la demanda de conciertos y espacios para los mismos es proporcional, un claro ejemplo es lo que pudimos vivir muchos el pasado 7 de septiembre en el Foro Sol durante el concierto de Iron Maiden, 65,000 mil corazones latiendo en un mismo recinto. La tendencia indica que la calidad y la normalización de este género en México va al alza, porque pese a quien le pese, el rock y metal en México están más vivos que nunca.