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El tocadiscos, el invento que revolucionó la forma de escuchar música.

 

El escuchar música para muchos se ha vuelto simplemente conectar los audífonos al celular, prender la computadora o el estéreo del carro. Pero antes del siglo XIX la música se escuchaba en vivo ya que todos estos inventos no existían.

Es curioso pensar que en ese entonces muchos inventores de la época no buscaban en si crear algo para la industria musical simplemente tenían en mente hacer un artefacto que fuera capaz de grabar y reproducir sonidos.

Para esta ocasión La Ballena Parlante ha preparado un artículo dedicado a ese gran invento, el invento que revolucionó la forma en cómo escuchamos música hoy en día, del que se derivo todo, y el cuál para muchos de nosotros sigue siendo el mejor para reproducir y disfrutar la música.

Para hablar de la historia del tocadiscos es necesario retroceder no solo hasta la fecha en que este producto se lanza oficialmente, sino un poco más atrás, hasta en nacimiento del que sería el “hermano mayor” del tocadiscos: el fonógrafo. Este fue un dispositivo inventado por Thomas Edison en 1877, que grababa la voz en cilindros de cera y cartón y los reproducía mediante una aguja, que se orientaba según el movimiento a través del surco. La aguja respondía a las vibraciones del sonido producido una ranura arriba y abajo en la lámina.

Alexander Graham Bell hizo varias mejoras en la década de 1880. Se diseñaron los cilindros de cartón recubiertas de cera, y una aguja cortante que se movía de lado a lado en “zigzag” alrededor del disco.

Para la década de 1890, Emile Berliner introdujo los discos planos con una ranura en espiral que va desde la periferia hasta cerca del centro.

Con el paso de los años se siguieron realizando mejoras al fonógrafo de Edison, 24 años después había nacido la industria musical capaz de grabar y reproducir discos. Pocos años después llegaría el gramófono, que incluye como novedad el plato giratorio que posteriormente se mantendría en el diseño del tocadiscos. El éxito que representaron los gramófonos cautivó durante los primeros años por la novedad de poder escuchar música desde una caja.

El gramófono, fue comercializado alcanzando gran éxito entre el público. A diferencia de los cilindros de Edison, el disco de vinilo se podía producir fácilmente en masa. Como resultado, el gramófono dominó el mercado de consumo, con empresas como las de marketing Victor y Talking Machine Company, mejor conocida como “victrolas” por el público en general.

La década de 1920 trajo mejoras en la tecnología radiofónica, con lo que muchos distribuidores de fonógrafos fueron a la ruina financiera.

Fue en 1925 cuando apareció por primera vez un tocadiscos eléctrico, dejando atrás la época mecánica y ganando nuevas ventajas.

Por ejemplo, el motor eléctrico permitía que el plato giradiscos rotara a una velocidad constante de 33 RPM (revoluciones por minuto), 45 RPM o 78 RPM, alcanzando mejor fidelidad en el sonido. Otra gran ventaja era que se podía controlar el volumen de la reproducción, una condición imposible con los tocadiscos mecánicos.

Aun así, con los esfuerzos en la mejora de la fidelidad de audio, las compañías discográficas mantuvieron las ventas hasta el final de la década. Pero muchas empresas tuvieron que fusionarse o ir a la quiebra durante la Gran Depresión.

Durante los años de 1930 se presentó el primer registro de larga reproducción. Parecido a la LP con el que todos estamos familiarizados, el disco de 12 pulgadas de diámetro fue diseñado para ser reproducido en 33 y 1/3 de rotaciones por minuto.

Empresas como Stanton, en 1946 se enfocaron en fabricar un fonógrafo de lápiz fácilmente reemplazable, hecho con un plato giratorio; siendo un producto aún más práctico para los compradores. Y así, a lo largo de los años 1940, los discos de 10” y de 78 rpm con base de goma laca de 12” continuaron prevaleciendo.

Las ventas de discos aumentaron de forma apreciable a finales de los años 30 y principios de los 40. El primer disco de vinilo comercial fue el conjunto de cinco discos de 12″ de la ópera Príncipe Igor. Por este tiempo las casas de fonógrafos se habían convertido en algo mucho más común. Pero no fue hasta la década de 1940 que los tocadiscos se hicieron famosos.

Ahora bien, ¿conoces cuáles son las partes que conforman un tocadiscos?

  • Fonochasis y suspensión
  • Plato giradiscos
  • Ajuste de Pitch (en algunos modelos)
  • Tracción
  • Brazo fonocaptor
  • Cápsula fonocaptora
  • Agujas

Pese a que los tocadiscos representaban un gran avance tecnológico y todo el mundo deseaba tener uno en casa para escuchar su música favorita, también tenía una gran desventaja, en sus primeros años eran muy costosos, su precio se podría comparar con el de un carro del año, pues eran lo último en tecnología. Por eso, en sus inicios no fue fácil su distribución y fueron adquiridos principalmente por gente con mucho dinero, instituciones y estaciones de radio.

Pasada la primera década desde su aparición, las tiendas de tocadiscos se volvieron mucho más populares al igual que las tiendas de vinilos. Poco a poco fueron incorporando materiales que sustituyeran a los primeros para disminuir los costos de producción y hacerlos accesibles al público en general.

Durante la década de los años 40 y la Segunda Guerra Mundial, los tocadiscos se habían vuelto muy populares y era común encontrarlos en casas de familias de clase media-alta.

En 1955, Philco produjo modelos de tocadiscos fabricados completamente con transistores, un ejemplo fue el tocadiscos TPA-1 y el ATR-2, edición de The Wall Street Journal. Estos se comenzaron a vender en el otoño de 1955, pero fue hasta 1956 que la compañía decidió suspender ambos modelos, ¿la razón? los transistores eran demasiado caros en comparación con los tubos de vacío. Aun así, fue el único avance de los tocadiscos en los últimos años.

Llegada la década de los 60 se registró la mayor popularidad de los tocadiscos y su auge de ventas porque los precios siguieron bajando. Se podían ver tocadiscos más sofisticados de la marca Winco, que eran semiautomáticos y revolucionaron más la experiencia de escuchar música grabada, ya que eran capaces de retornar su brazo fonocaptor por sí solos para reproducir el disco y si se ponían varios discos podía reproducirlos todos automáticamente, aunque solo de un lado. Y al terminar, regresaban nuevamente su brazo fonocaptor a su lugar, apagaban su motor y la electricidad del aparato de forma automática, lo que cual causó un gran impacto.

Para finales de la década, apareció el reproductor de ocho pistas que se usaba principalmente en el automóvil, y lanzaron también una versión portátil del tocadiscos para llevarlo también en el automóvil, y se mantuvo como la elección preferida de los melómanos.

Continuará…

Colaboración especial de Denisse Juárez, IG @nissejmu FB @denissejuarezescritora TW @denissejmu 
 
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